Documentació
Jordi de Manuel novela una Barcelona asolada por la sequía en L'olor de la pluja
La acción transcurre en Barcelona, en un futuro próximo. El marco político es la república. La cuenca mediterránea se halla al borde de la catástrofe a causa de una tremenda sequía. En las playas barcelonesas y de la cercana franja costera se han instalado diversos campos de refugiados que reciben cada día a miles de personas que llegan en busca de agua del mar desalada, que se reparte de forma racionada. Éste es el punto de partida de la novela L´olor de la pluja, un thriller futurista de Jordi de Manuel aderezado con elementos de ciencia ficción y una historia de amor. Biólogo, escritor y profesor de secundaria, Jordi de Manuel (Barcelona, 1962) empezó a trabajar en esta historia en 1996 y, en una primera versión, la presentó desde 1999 a varios premios, quedando siempre finalista. La que ahora publica es una versión "más estructurada". "La novela de J. G. Ballard The drought,que recrea un mundo asolado por una sequía extrema, está un poco en el embrión de mi libro, aunque no tiene mucho que ver con ella", confiesa De Manuel, que también rinde homenaje a J. K. Dick, recreando una famosa escena de la versión fílmica de su novela Blade Runner. El escritor conduce en su novela tres tramas paralelas que se entrecruzan y convergen: un padre y su hija que, fugitivos de la sequía, intentan sobrevivir en Barcelona; varios científicos descubren la causa de la falta de lluvia, en realidad una catástrofe provocada, pero el secreto cae en manos de un técnico informático que se quiere aprovechar de él; un inspector de policía, Marc Sergiot (personaje de otras novelas del autor) investiga unos asesinatos. El relato - de buen ritmo narrativo- está muy bien ambientado en sus detalles científicos. "Sin ser un libro científico, la ciencia está muy presente en él. Pero como ha pasado tiempo desde que lo escribí, el futuro se me ha ido comiendo y me he quedado corto en algunas de las innovaciones tecnológicas con las que especulaba, como la cantidad de memoria de los discos de ordenador o el teléfono inalámbrico". En cambio, el autor acertó en parte en otra de sus especulaciones: "En la novela imagino que, tras instaurarse la república, los papeles de Salamanca han regresado y están depositados en el palacio de Pedralbes, cuya parada de metro ha sido rebautizada como Arxiu".
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