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Documentació

Francisco Casavella revisa los últimos treinta años en una novela en tres volúmenes

Article publicat a “La Vanguardia” el 22/08/2002 per Xavier Ayén

El escritor Francisco Casavella (Barcelona, 1963) acaba de escribir El día del Watusi, una ambiciosa novela de 1.200 páginas con múltiples lecturas, entre ellas la policiaca, pero que es también un reflejo de los bajos fondos de la Barcelona de los setenta y un crítico repaso generacional a un cuarto de siglo de historia española, con personajes que recuerdan sospechosamente a empresarios y banqueros como Javier de la Rosa. La editorial Mondadori ha optado por publicar la obra en tres tiempos. El 16 de septiembre llegará a las librerías la primera parte, Los juegos feroces, que empieza con un prólogo que sucede en 1995, "cuando al narrador -en palabras de Casavella- le encargan un extraño informe sobre un empresario que no existe. De ahí pasa a recordar un día de 1971 en el que se vio envuelto en varios sucesos trágicos: todo el primer volumen es el relato de ese día, que proyectará un enorme eco en todo lo que sucede posteriormente". ¿Qué ha pretendido Casavella en esta monumental obra? Nada menos que "dibujar el fracaso -o desarrollo- de un espíritu individual en paralelo con el espíritu del país".

Sacrificio

Tamaño objetivo es fruto de una evolución personal: "Antes pensaba que los escritores de novelas largas eran unos palizas pretenciosos, pero ahora creo que no importa nada tardar diez años más o menos en publicar algo, sino que lo que realmente interesa es que merezca la pena. Y, por lo menos una vez en la vida, hay que intentar hacer un sacrificio y escribir algo largo. Esta novela empecé a escribirla en 1998, tras un penoso calvario trabajando en películas para televisión, y así me pude financiar los posteriores cuatro años encerrado escribiendo. He escrito por la mañana, por la tarde y por la noche. He dado el do de pecho. He acabado muy idiota, me he quedado vacío, sin poder neuronal, si es que alguna vez lo tuve. Si me pregunta qué ha pasado en estos cuatro años, la respuesta es: no lo sé".

Cronista de la mala vida, Casavella parte aquí de una trama negra, con asesinato incluido, ambientada en el Montjuïc de chabolas y pisos ilegales de principios de los setenta, poco antes de la construcción del barrio del Polvorín. "Quería reflejar la decadencia de una forma de vida" a través de un territorio marginal de la ciudad muy poco explotado literariamente. "Claro, es que como Barcelona es tan pequeña, un día nos reunimos en secreto todos los escritores de la ciudad -bromea- y nos repartimos mafiosamente las zonas: para Marsé el Guinardó, tú no escribas del Carmelo, chaval... y a mí me tocó Montjuïc, con todas sus zonas clásicas: Casa Valero, Casa Antúnez, Los Tres Pinos..."

El segundo volumen de esta "novela unitaria" aparecerá en noviembre, se titula Viento y joyas y abarca desde 1971 al año 1977. Se centra sobre todo en los años 1976 y 1977. "Me ha salido más cómica. El narrador aquí entra a trabajar en un banco (Casavella fue botones de La Caixa) y se ve envuelto en la formación de un partido político que intenta entrar en la gran formación de centro que ya se vislumbra. Era una época en que cada día pasaban cosas y la democracia se mostraba de un modo muy naïf, nos vendían una película muy lejana a lo que realmente se estaba fraguando, el paso de una burocracia a otra."

El tercer volumen, El idioma imposible, saldrá en febrero del 2003 y comprende desde 1977 hasta 1995, año que cobra mayor importancia, pues se van cruzando dos relatos paralelos distanciados en el tiempo. "Se cuenta el paso de un país dramático a un país imbécil. El narrador se ha convertido ahora en un incansable trepador social. En los primeros años ochenta se introduce en el mundillo de la música, hasta acabar otra vez en la política, en esos trabajillos que se hacen en la sombra. Es el volumen más reflexivo."

La violencia

¿Cuál es la fuente que inspira sus historias? "Me han fascinado siempre las historias de mi barrio, del Chino y de Poble Sec, me llegan todavía sus ecos. Cuerpos flotando en el puerto no he visto, no... sólo zapatos. Son cosas que te explican... Para que te pasen a ti directamente estas movidas hay que estar muy metido en los bajos fondos y creerte la mítica de esos héroes del hampa, como el Watusi. ¿Si los he conocido? Claro, por ejemplo, el Botas, a él se le adjudicaban todas las cosas que sucedían. Había otro que... pero no lo pongas, que todavía está vivo y yo también quiero estarlo. La juventud siente atracción por el mundo criminal, pero los profesionales no bromean, cuanto más lejos estés de ellos, mejor." Sobre el uso de la violencia en su novela, afirma que "no me recreo en ella, encuentro el presagio más atractivo que el acto".

Ahora, Casavella trabaja en dos proyectos: por un lado, "un ensayo sobre la música popular del siglo XX como sustitutivo de la religión". Y también en su primera novela histórica, ambientada en el siglo XVIII: "Transcurre en diversos lugares de Europa, es el encuentro entre dos rosacruces, unos timadores que iban vendiendo elixires".

Francisco Casavella se dio a conocer en 1990 con su primera novela, El triunfo. Posteriormente ha publicado Quédate (1993) y Un enano español se suicida en Las Vegas (1997). El día del Watusi, a pesar de estar desglosada en tres libros, cuenta como uno, porque, asegura, "yo no he cobrado tres veces".

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