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Documentació

Casavella asume el reto de una trilogía, El día del Watusi

Article publicat a “El Mundo” el 16/09/02 per Tito Ros

El escritor publica Los juegos feroces, primera entrega de una historia de 1.200 páginas situada en la Barcelona de los 90

Cuenta Francisco Casavella que la idea de la trilogía El día del Watusi le empezó a rondar por la cabeza en 1995. Tres años después se puso a escribirla. Esta semana estará en las librerías el primer volumen, Los juegos feroces (Mondadori).

La anterior obra publicada de Casavella, Un enano español se suicida en Las Vegas, data de 1997, por lo que esta entrega, que llega cinco años después, era muy esperada por los seguidores del escritor barcelonés.

Explica Casavella que, mientras le planeaba el Watusi, tuvo que buscarse la forma de financiarse la vida durante dos años y que no fue hasta 1998 cuando pudo ponerse a escribirla. «Yo pensaba que todo novelista tenía que tener una novela larga y me dije: 'vamos a intentarlo'. Pienso que una novela larga refleja mucho mejor el paso del tiempo y eso quería hacer yo con El día del Watusi».

El resultado son 1.200 páginas, repartidas en tres volúmenes y «la sensación del deber cumplido», afirma el autor, tras un respiro hondo. Aunque añade que todavía tiene pendientes dos capítulos del tercer y último volumen, que saldrán en los próximos meses.

En el final de El imperio contraataca, Hans Solo quedó embalsamado y los seguidores de Star Wars tuvieron que esperar tres años, hasta que se estrenara El retorno del Jedi, para conocer el desenlace.Esto no ocurre con Los juegos feroces (el lector puede estar tranquilo) ya que la historia tiene desenlace.

La novela empieza con un prólogo, situado en 1995 y en el que el protagonista recibe una misión: realizar un informe. Pero a partir de ahí la historia se remonta al 15 de agosto de 1971 (precisamente, el día del Watusi), cuando Fernando Atienza (narrador protagonista) cuenta con 13 años y vive en las chabolas que entonces existían en la falda de Montjuïc.

El chabolismo

Francisco Casavella no vivió directamente el chabolismo del tardofranquismo, pero lo tenía cerca, pues su familia tenía el piso en el lado norte del Paralelo. Cuando era joven corrían tiempos de Perros callejeros (película emblemática de José Antonio de la Loma) y los quinquis eran divinizados en todos los barrios de Barcelona. El Watusi es algo más que un quinqui (hay quien dice que trabaja como liquidador para los marselleses) y en torno a él predomina más lo que se dice que lo que se sabe.

Tras un asesinato en el poblado de Montjuïc, el adolescente Fernando Atienza (como quien remonta el río Congo) emprende la búsqueda del Watusi. Para entender toda la historia, es importante el prólogo de Los juegos feroces, porque en él se cuenta la historia que enlaza los tres libros que componen la trilogía.

Mundillo empresarial

En el mismo se explica cómo una persona vinculada al señor Del Pistacho (un más que supuesto Javier de la Rosa) le pide al cocainómano Fernando Atienza que le haga un informe sobre otra persona, que está ascendiendo en el mundillo empresarial y social de 1995.

El segundo volumen de la trilogía aparecerá en noviembre. Han pasado unos años desde aquel 15 de agosto de 1971 y «Fernando y su madre han conseguido salir del lumpen. Pero el protagonista empieza a sentir nostalgia del barrio y mitifica aquella vida en la falda de Montjuïc. Su madre se casa y él entra a trabajar en un banco. Son los primeros años de la Transición y por una serie de coincidencias entra en política, en una formación cercana a Adolfo Suárez. Es entonces cuando conoce a los supuestos padres de los supuestos señor Pistacho», avanza Casavella el argumento de ese segundo volumen, que como el primero, también tendrá su desenlace final.

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