Documentació
El embajador Carles Casajuana retrata la corrupción en su nueva novela
El ganador del Llull en 2009 ha querido homenajear a los que luchan contra los corruptos en 'Un escàndol sense importància' 



A primera hora de la mañana, antes de enfundarse el traje y la corbata, el actual embajador de España en el Reino Unido, Carles Casajuana, se sienta ante el ordenador y escribe como si no fuera diplomático. Ahora, presenta su novena novela, Un escàndol sense importància, en la que trata la corrupción.
En una entrevista con Efe, asevera que con esta obra ha rendido "un cierto homenaje a las personas que en todo el mundo luchan contra la corrupción", aunque advierte que en el relato aparecen otras cuestiones como la fragilidad del honor de las personas o la hipocresía social.
Escrita en catalán y publicada por Columna, Un escàndol sense importància está protagonizada por un reputado abogado barcelonés llamado Rafael Masferrer, que también preside la sección nacional de una ONG internacional contra la corrupción.
Un día, Masferrer es avisado de que una empresa catalana ha sobornado a las autoridades tailandesas responsables de un concurso arquitectónico y en su lucha por conocer la verdad acabará viéndose fotografiado en un periódico, con el torso desnudo, junto a una bella y joven masajista.
Carles Casajuana defiende que en los últimos años "se ha avanzado mucho" en la lucha contra la corrupción global, gracias, en parte, a ONG como las que describe en el libro y hoy, subraya, "sobornar a un funcionario fuera de tu país está tan penado como sobornar a uno de tu mismo estado".
Sin embargo, cuando ocurre uno de estos hechos, argumenta Casajuana, hay que darle visibilidad, porque "corromper funcionarios es algo desleal, que provoca mucho daño al tejido democrático de los países y que genera que los ciudadanos acaben desconfiando de sus gobiernos".
Con el relato, el diplomático español quiere, asimismo, ir más allá y mostrar ante el lector "la desproporción existente entre el impacto público de un caso como el que le ocurre a Masferrer, prácticamente nulo, con lo que le sucede a nivel privado, que es de efecto devastador".
En otro plano, la novela pone de manifiesto la hipocresía social existente, así como el cinismo. "Todo ello se vuelve contra Masferrer, porque le impide defenderse", argumenta, sin desvelar el final de la historia.
Con una acción que transcurre en Barcelona, aunque Carles Casajuana cree que se puede ubicar en cualquier otra ciudad del planeta, también subyace en la trama la problemática de la inmigración.
Conocedor del mundo, después de tres décadas como diplomático en varios continentes, dice el novelista que ha querido mostrar lo que les ocurre a muchas personas cuando deben abandonar por cuestiones económicas el país de sus progenitores. "Llegan a una sociedad extraña, muy diferente a la que han dejado. Yo reflejo en la obra la distancia mental existente entre ellos y lo que aquí ocurre".
Nacido en Sant Cugat del Vallés (Barcelona) en 1954, Carles Casajuana no esconde que lleva una doble vida. "Tengo -prosigue- un matrimonio y una familia en la profesión de diplomático y una relación extramatrimonial con la literatura". Es por este motivo, afirma, que siempre escribe "como si no fuera diplomático" y es "diplomático como si no fuera escritor".
Ganador del premio Ramon Llull en 2009 con L'últim home que parlava català, avanza que tiene nuevo material literario reposando en el cajón pero no pronuncia ni una palabra sobre estas historias, a la espera de que estén en la imprenta tomando forma de libro.
Tornar