15è. aniversari (1999 - 2014)
 
 

Documentació

Intensidad

Article publicata a "La Vanguardia" el 02/07/2009 per Llàtzer Moix

Baltasar Porcel nos lega una vasta obra. En ella destacan las tareas del ámbito periodístico, donde despuntó con las entrevistas río publicadas en Destino, y donde ha perseverado hasta sus últimas columnas en La Vanguardia. Pero, de modo particular, Porcel ha sobresalido como novelista. Es en este último cometido donde el autor de Andratx ha exhibido una intensidad narrativa singular.

La prosa de Cavalls cap a la fosca, de L'emperador o l'ull del vent, de El cor del senglar... es la de un escritor que ha mostrado el vigor y la tenacidad de los pinos que se alzan entre las rocas de la costa de Tramuntana. Es también la prosa de un autor de nervio narrativo, que avanza con el pulso acelerado de una liebre a la carrera. Y es, en suma, la prosa de un novelista que se produce con el ímpetu del jabalí, atravesando el sotobosque sin miedo al rasguño propio ni tampoco al ajeno. En sus textos, a menudo atentos a la realidad social más contemporánea, se dan cita muchos elementos que desde la noche de los tiempos conforman el misterio, la profundidad y el exceso vitales. Sin marginar los referentes culturales. El novelista Porcel, lejos de la estilización, de la afectación y de la excesiva elaboración que resta frescura a los textos, se ha distinguido siempre de sus colegas por un estilo natural, expeditivo, torrencial. Quizás no supiera manifestarse de otro modo. En sus libros se puede oler la brisa mediterránea, que él disfrutó tantas veces desde su refugio de Sant Elm, frente a la isla Dragonera; esa misma brisa que antes saborearon payeses, pescadores, moriscos, contrabandistas y otros personajes que han sido los de su contexto familiar y geográfico. En sus libros se refleja también la dulzura voluptuosa de los melocotones, la fragancia penetrante de las plantas aromáticas, el vuelo del milano, los deslumbrantes celajes de junio. Y, por supuesto, se desatan de improviso las tormentas más ruidosas. Todas las expansiones de la naturaleza, de la lucha vital, hallan su lugar en la obra de Porcel, que se afirmaba en ella, y que a través de ella consolidaba su posición en el mundo. Esto ha sido así porque Porcel, hombre de incontables lecturas y muchos viajes, de pulsión egocéntrica y mundana, procedía y formó parte siempre, como un elemento más, de ese mundo primigenio que ha nutrido su escritura.

Tornar