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Documentació

¿Fred Astaire? No, "fred als peus"

Article publicat a “La Vanguardia” el 08/03/2002 per Julià Guillamon

Veían en la tele "Temps era temps"? ¿Les gustaba? Pues entonces les gustará Fred als peus. Aquí está todo: la gran nevada del 62, la "vaga dels tramvies", los puestecillos de Montroy y Masana con el mañico descargando la bota en una enorme tinaja, el cupón ahorro del hogar y los caramelos Darlins. De fondo se oye a Elvis Presley, a Antonio Machín y el "Ande ande ande la marimorena", eso sí, interpretados por la orquesta del Sutton. ¿Novela? ¿Memorias? ¿Reportaje? Àngel Casas ha reunido veinte postales sobre la Barcelona de posguerra, articulándolas en torno a la infancia y la juventud de Joan Salellas, que nació en Sants en 1943 y que a finales de los sesenta, cuando se interrumpe la acción, iba para grafista y estudiaba en la Massana.

Antes había pasado por los maristas y los salesianos. Descubrió las penas de amor en la verbena de San Juan; el jazz, con Núria Feliu; el catalanismo, en la primera manifestación clandestina del Onze de Setembre, en 1964; la cuestión social, en las reuniones de la parroquia, con el nuevo vicario. Los años del franquismo fueron fríos, oscuros. Casas les quita el polvo, los contempla a la luz de la nostalgia, con humor. Hace poco, viendo "I Vitelloni" de Fellini, me quedé fascinado al descubrir tras el gran montaje realista unos elementos guiñolescos -escul-turas, santos, maniquíes, gigantes y cabezudos- que deformaban las escenas y subrayaban el simbolismo del relato. Las mejores historias de Fred als peus introducen también un elemento inquietante. La historia de la pianista que guarda en un frasco los dedos del marido que murió en el Palau interpretando "Para Elisa". La de la mujer del colmado aplastada por un tranvía (y de la nieta que levita en la iglesia). El entierro frustrado del tío, con el duelo partiéndose de risa. La contraposición entre las formas de vida tradicionales y el nuevo universo del consumo (la banda de gorrones, el chico que toca de oído y quiere montar un conjunto) produce un chispazo, a veces cómico, como en las viejas fotos de Ramon Masats o Ricard Terré.

Fred als peus es un híbrido entre la historia anecdótica, el recuerdo personal y la novela de iniciación. Aunque prolijo -y en algunos momentos algo previsible-, el texto está bien trabajado. Los diferentes relatos nos conducen hasta una frase final que concentra toda la intención. Cada uno de estos veinte finales es una sacudida por la que el mundo interior del protagonista se extiende y se amplía. Aquí no hay más drama que el de la "creixença".

A algunos todo esto les provocará piadosos recuerdos, para la mayoría son cosas de otro siglo. ¡Cómo ha pasado el tiempo! La tieta toma agua del Carmen con un azucarillo. Joan Salellas baja al bar, con un cubo, a buscar hielo. "Temps era temps que vam sortir de l'ou." Ni que lo digas.

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