Documentació
Carme Riera satiriza el primer tripartito en su nueva novela
Contemplar la realidad de un país desde el filtro de la mirada extranjera. Este punto de vista ha dado pie auna larga tradición literaria en la que sobresalen autores como Montesquieu o Cadalso con sus cartas crónicas sobre los persas o los marroquíes, respectivamente. En esa estela cabe inscribir tres libros catalanes recién editados: L´últim home que parlava català,de Carles Casajuana; Crònica de la independència,de Patrícia Gabancho; y, de modo muy explícito, Amb ulls americans (Proa), la nueva novela de Carme Riera.
La escritora mallorquina impartió en el 2006, en la cátedra Coromines de Chicago, un curso en torno al tema Barcelona, ciutat literària.Con este motivo realizó o recuperó una serie de lecturas - desde Robert Hughes y Ferrater Mora hasta Vida privada de Sagarra o La ciudad de los prodigios de Mendoza-que, unidas a la perspectiva que le daba la distancia, influyeron en la génesis de esta novela. "Empecé a escribir sobre una serie de cosas que me divertían, al margen de mis apuntes académicos - dijo ayer la autora en la presentación de la obra-.Me llamaba la atención la visión que tenían mis estudiantes de Chicago, personas en general muy preparadas, respecto a Barcelona, que únicamente asociaban a los Juegos Olímpicos o al Barça". 

En un registro muy distinto al de sus novelas de mayor ambición (Dins el darrer blau,Cap al cel obert),Riera ensaya aquí la sátira social y política enfocando la Barcelona y la Catalunya de los años del primer tripartito presidido por Maragall. Su protagonista es un joven periodista norteamericano, George Mac Gregor, a quien le toca cubrir para un diario hispano de Nueva York la visita que allí efectúa el alcalde de Barcelona (reconocible Joan Clos) con una delegación para promocionar la ciudad catalana. Su oportuna ayuda para salvar una situación delicada de la comitiva le valdrá la promesa de una beca para una estancia en Catalunya. El grueso de la novela es la presencia de Mac Gregor en Barcelona, donde será primero el involuntario amante de un asesor municipal gay, para convertirse luego en el gigoló de un matrimonio de la alta burguesía que evoca a los personajes de Vida privada.

"La mirada americana de Mac Gregor es a menudo humorística, a veces políticamente incorrecta y no tan ingenua como parece", explica la autora en el prólogo de la novela. Pero este punto de vista no debe confundirse con el suyo, precisa. "Aunque la autoironía que a veces te aplicas a ti misma es la que en el fondo utilizas para hablar de tu país". Una Catalunya cuyos símbolos (Montserrat, la barretina, el caganer, los castellers, el guarà o ase català) son observados en clave caricaturesca. 

Aunque en general evita citarlos por su nombre real, Riera hace aparecer a algunos políticos, como a una ex consellera de Cultura, fácilmente identificable como Caterina Mieras, oel citado ex alcalde de Barcelona. Pero su sátira nunca es sangrante. "La literatura no es el mejor vehículo para entrar a fondo en los aspectos políticos; esa es una misión del periodismo y el ensayo", opinó la autora, que sin embargo refleja en el relato "el aumento de la cólera catalana" ante la "inmoralidad" de muchos políticos, su "capacidad de caer cada vez más en el ridículo" y "la porquería que hay detrás de muchos cargos públicos". 

En sintonía con la mirada extranjera de su personaje, la autora utiliza en su novela "un estilo llano" y propone "unas reflexiones sin pretensiones académicas" matizadas por la ironía y la sátira. 

Tras este divertimento - como también lo fue su narración L´estiu de l´anglès-,la autora retomará una novela policiaca que tiene empezada (protagonizada por una detective femenina) y seguirá trabajando en su próxima novela de largo alcance. "Está ambientada en la Mallorca de los años 50, y evoca a los extranjeros que entonces llegaban a Deià, como Robert Graves. Me baso en recuerdos de mi infancia y en el relato aparece una niña negra a quien sus padres dejan en el pueblo".
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