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Otras Barcelonas
Faltan pocos días para que concluya la magnífica exposición Barraques en el Museo de Historia de Barcelona (exposición ya mencionada y celebrada en estas mismas páginas por Jordi Borja y Manuel Delgado). De hecho, tuvo que prorrogar su calendario previsto hasta el 26 de abril ante el éxito que estaba teniendo. Ahora somos muchos los que esperamos el catálogo completo de la exposición, cuya aparición es inminente. La Ciudad Informal da título a un conjunto de imágenes de una Barcelona desaparecida en nombre del progreso y las dinámicas de urbanización modernizadora. Recientemente, han ido apareciendo textos que muestran la existencia de "otras Barcelonas", rutas y lugares que expresan distintas formas de hacer ciudad, más allá de los diseños institucionales y las exigencias turísticas o inmobiliarias. El libro Rutes metropolitanes per la nova Barcelona surge del Programa d'Estudis Independents del Macba y ha sido publicado por la misma institución. En él se recogen los trabajos de sus estudiantes realizados a lo largo del curso 2006-2007, con la intención de cartografiar relaciones emergentes y tratar de desvelar el "discurso que la ciudad construye dentro de la propia ciudad". Así, en una especie de homenaje a las guías secretas que surgieron en la transición como la que Carandell dedicó a Barcelona, se desvelan itinerarios que van desde la Barcelona logística de las zonas portuarias, aeroportuarias y de Zona Franca, hasta la realidad emergente de la economía china en el área metropolitana, pasando por la zona de "las transnacionales locales", desde el triángulo Caixa-RACC-Barça, de Diagonal, hasta la nueva área del 22@, pasando por la calle de Tarragona, o "las redes globales con raíces locales" expresadas por el mapa de los Latin Kings en la ciudad. Lo más interesante es el intento de iluminar la ciudad metropolitana desde enfoques y miradas distintas de las convencionales. Un intento que merecería continuidad e intensidad.
En el marco de la exposición Post-it City. Ciutats ocasionals, impulsada por el CCCB, se publicó el libro La Ciudad Jubilada, de Pau Faus, Eleonora Blanco y Julie Potras (www.laciudadjubilada.net). El pequeño volumen tiene el significativo subtítulo: Breve diccionario sobre los huertos informales en los ríos de Barcelona, y una dedicatoria que no me resisto a recoger: "dedicado a todos esos 'jubilados' que día tras día se resisten a asumir la inutilidad a que se les ha condenado". El libro trata de cartografiar y sistematizar, con abundante material fotográfico, una realidad que se nos aparece fugazmente en nuestras idas y venidas hacia y desde la ciudad. Espacios que, como dice Faus, aglutinan tres elementos residuales: los residuos, en forma de franjas de terreno sin dueño ni destino aparente, que desdeñan los que programan infraestructuras; los residuos materiales que se van amontonando en esos espacios de nadie, y los "residuos humanos" que el sistema productivo desecha en forma de jubilaciones, tras constatar su supuesta improductividad. De la conjunción creativa de esos elementos residuales surgen los huertos informales. El mapa de esos huertos, cartografiado e ilustrado en el libro, muestra una ciudad que ha sido desechada, descartada y que aparentemente no es ciudad (como lo han sido sus protagonistas por el sistema que los declara tempranamente inútiles) y, al mismo tiempo, una ciudad creativa y diversa, que muestra el "júbilo" de sus creadores jubilados en esa expresión antigua y espontánea de los huertos marginales.
Acaba de aparecer el libro de Guillem Martínez Barcelona Rebelde (Debate, 2009). Más allá del aparente desparpajo del autor y de la aparente simplicidad de la narración histórica de la ciudad, el libro encierra una documentada mirada, cariñosa y de reconocimiento, hacia los rebeldes de todo tipo y condición que han iluminado el devenir de la ciudad. Las más de 300 páginas del libro están llenas de una combinación inteligente de datos históricos con aquellos aspectos, a veces menores, a veces dramáticos, que ponen de relieve la especificidad de Barcelona como ciudad que se agita nerviosa en momentos de cambio y que incomoda a quienes la quisieran más dócil y pausada. Destaca la reivindicación de la herencia federalista y anarcosindicalista como gran patrimonio de la ciudad contemporánea. Como dice el autor comentando el primer tercio del siglo XX: "La CNT es en Barcelona lo que el IRA en Irlanda". La mezcla de hechos históricos, anécdotas personales y momentos de la vida cotidiana transmiten mejor que muchos sesudos libros de historia el pulso de la ciudad, la necesaria conexión entre cambio político y procesos de transformación personal y de las relaciones sociales. Guillem Martínez muestra su consideración hacia Vázquez Montalbán, con quien conecta en la capacidad de personalizar lo colectivo. Barcelona se despliega constantemente en multitud de anécdotas que repasan barrios, lugares, monumentos, personajes y leyendas, con especial atención a la propia construcción de la ciudad. "Barcelona es -tal vez y me juego una copa- la Brasilia europea, la ciudad más meditada y planificada de Europa. A pesar de que en ocasiones el resultado no acompañe". El final recoge una cierta decepción. La desconexión entre la gente y las instituciones que ahora pretenden ocuparse de todo. "La cultura dejó de ser la lógica del conflicto, y el conflicto pasó a ser cosa de incultos". Falta perspectiva histórica para saber exactamente dónde estamos, pero los tres textos aquí recogidos apuntan a que existen otras Barcelonas más allá de la que acostumbra transmitirse desde la convencionalidad institucional.
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