Documentació
Muerte de un político
Marc Sergiot es un policía parco y esquivo, sagaz y buena gente, y un poco anticuado.Un sólido personaje que esta vez se encuentra ante un caso realmente duro y difícil. Tanto, que el autor de esta novela ha tenido la gentileza narrativa de contarnos los últimos días de la víctima –de las dos víctimas, sin contar a un chulo desagradable–, paso a paso y con muy buen pulso, mientras Sergiot ysus ayudantes se rompen la cabeza para empezar a unir los imposibles cabos sueltos. Pero aunque le llevemos ventaja a Sergiot, no por eso dejamos de admirar su talante y su intuición. Sabemos, por ejemplo, que no se equivoca al relacionar la súbita muerte de unos pájaros del parque de la Ciutadella con el hallazgo de una prostituta asesinada y, atención, con la súbita y veloz agonía del presidenciable a la Generalitat,en el año 2014. Biólogo, profesor, autor de ciencia ficción, Jordi de Manuel (Barcelona, 1962) es un inteligente creador de intriga criminal. En la anterior El raptor de gnoms (La Magrana), Sergiot se encontraba ante una aparente muerte por sobredosis en una casa de Pedralbes. Aquí, con un complot contra este posible y seguro candidato a la presidencia, mientras en la ciudad escasea el agua de forma alarmante –no llueve desde hace muchísimo tiempo– y los atascos se han resuelto con unas rondas aéreas. Por otra parte, se avecina un referéndum sobre la soberanía de Catalunya. Bueno, si este hombre con serios propósitos –y mucho de honradez e ingenuidad– llega a la presidencia (lo que sabemos que no sucederá). Jordi de Manuel tiene un excelente oficio a la hora de plantear dos muertes anunciadas, las dos muy tristes. Es triste la suntuosidad en la que se mueve este candidato surgido de las ruinas de un escenario político gastado. Es triste la vida de esa muchacha de la Barceloneta, hablando con su canario y pensando que esta vez, con lo que gane por engatusar al presidenciable, conseguirá que su madre enferma tenga la atención médica que, dentro de cinco años, en esta ciudad en donde han aparecido nuevos y estrambóticos edificios, todavía se negará a ser lo que debería ser: un derecho indiscutible de toda persona, sin distinción de sexo ni edad. Lean, a pesar de la tristeza anunciada, esta novela.
Tornar