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Documentació

La estela brossiana

Article publicat a “El País” el 13/08/07 per Victoria Combalía

Cada día que pasa se nos hace más evidente la figura de Brossa como padre espiritual de tantos otros artistas catalanes (siendo los otros Miró y Tàpies), un estatus que él, como rebelde y antijerárquico que era, llevaba con total naturalidad y una generosidad sin límites. El radio de influencia se inicia en el propio Tàpies, ya que una profunda amistad los unió hasta poco antes de morir Brossa: el poeta, mayor que el pintor, no sólo puso títulos a muchos de sus cuadros, sino que también fue él quien indujo a Tàpies a irse despojando de elementos literarios en las obras del periodo mágico. "Quita estos signos y haz una pared", le dijo un día, según me contó el propio Brossa. Aunque el tono de ambos artistas es muy distinto (dramático en Tàpies, festivo en Brossa), existen muchas confluencias: básicamente su amor y manipulación de los objetos; es decir, la poética de lo cotidiano.

Como vecina que fui de Joan Brossa durante siete años en la calle de Génova 23-27, entre l972 y l979, asistí a su interés y desinteresada tutela por la obra de artistas más jóvenes. En su casa (en realidad, la de Pepa Llopis, su compañera) conocí a Perejaume, entonces un joven de Sant Pol de Mar, cuya obra plástica (y también literaria) no se entiende sin Brossa: como él, es conceptual y postsurrealista. Y de la misma forma que Brossa está fascinado por la plástica del alfabeto y por el sonido de la propias palabras, Perejaume también aislará los elementos de la práctica de la pintura y de su presentación canónica: pigmento, tela, marco, cartela... "Brossa siempre ayudaba a potenciar la imaginación y, lo que más me gustaba de él, aparte de su radicalidad, era el tipo de asociaciones que hacía", me cuenta Perejaume, quien añade: "Era entusiasta como un adolescente, algo impensable hoy en día, y algo que los jóvenes no acaban de entender hoy" .

Otro tocado por el impacto brossiano es el músico Carles Santos, quien en l966 colaboró como pianista en la Suite bufa de Joan Brossa y Mestres Quadreny, y que en l968 compuso la parte musical del famoso Concert irregular de Brossa, acompañado por la cantante Anna Ricci, quien en un momento dado cogía un rifle y parecía querer disparar al público (la obra fue estrenada en la Fundación Maeght de St. Paul de Vence). En l979 realizó su filme La Re Mi La, en donde, como un nuevo Frégoli (personaje idolatrado por Brossa), se disfrazaba, entre otras cosas, de walkiria, guardia civil,camarera y sevillana.

En l972 y l973 también asistí a las visitas devocionales de un grupo de poetas y artistas plásticos que, a falta de nombre, es llamado hoy El Grup de Major de Gràcia": Carles Camps i Mundó, Xavier Franquesa, Carles Hac Mor, Jordi Pablo, Santi Pau, Salvador Saura y Francesc Torres, quienes editaron el libro Pluja en una preciosa colección de libros de artista (el de Brossa son páginas en blanco que parecen arrugadas por el agua de lluvia). Jordi Pablo, autor entre l968 y l975 de unos magníficos objetos, vio obras de Brossa tanto como Brossa vio sus creaciones; las de Pablo estaban más unidas al concepto de morfología, variación y deformación de los enseres cotidianos que a una poética neosurrealista.

Pero muchos otros lo visitaban: Frederic Amat hizo con Brossa el Llibre de la pluja (l979), con un texto del poeta que está entre los mejores entre los textos de presentación a un pintor (las serpentinas, el confetti y pierrot son algunos temas brossianos presentes en su pintura). Y antes o después pasaron Beni Rosell y Miralda y todos los conceptuales para quienes Brossa fue un faro intelectual como Miró lo había sido para Dau al Set. La radicalidad del poeta frente al franquismo,frente a la moral burguesa, frente al mundo artístico oficial, lo convertían en un referente y en un aliado. Hoy en día, la onda brossiana sigue viva en la poesía visual y en artistas jóvenes como, por poner tan sólo un ejemplo, Jaume Pitarch.

Brossa, cuyo legado es custodiado y mostrado por una fundación que llevan sus herederos, se merecería una mayor proyección con vistas a un muy merecido reconocimiento internacional.

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