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Documentació

Quim Monzó abre la Feria de Frankfurt con una reivindicación irónica de la lengua catalana

Article publicat a “La Vanguardia” el 09/10/2007

El escritor y columnista de "La Vanguardia" Quim Monzó ha sido el encargado de abrir con su discurso la Feria del Libro de Frankfurt, donde la cultura catalana es invitada de honor. COn su discurso, Monzó ha reivindicado la importancia del catalán a lo largo de toda la historia.

El autor de obras como "El perquè de tot plegat" o "Catorze ciutats comptant-hi Brooklyn" ha empezado su alocución explicando un cuento, que narra la situación generada cuando a un escritor "que siempre habla rápido y por ello a menudo se traba" se le encarga la confección del discurso inicial de la Feria del Libro de Frankfurt. Monzó ha continuado su discurso mostrando su perplejidad porque una feria como la alemana "haya decidido invitar a una cultura con una literatura desestructurada, repartida entre diversos Estado y en el que en ninguno de los cuales es lengua realmente oficial". Asimismo, el ficticio autor del discurso opina que es un acto de justicia el hecho de que se haya valorado la literatura catalana, dado que es "sólida, dúctil y continuada" pese a no tener Estado. El autor también ha revindicado el Premio Nobel de Literatura ganado por en 1904 por Frederic Mistral, considerando que el galardón para un autor que escribía en una lengua que no tiene Estado, molestó a "los puristas de la Nación-Estado". El columnista de "La Vanguardia" ha seguido con su parábola planteándose las dudas que el ficticio escritor encargado del discurso habrá tenido a la hora de redactarlo. Así, el locutor dudará si citar los nombres que han configurado la literatura en catalán o no citar ninguno. También muestra su predisposición ha incluir en el discurso algún poema, imitando otras alocuciones de apertura. En este sentido, el escritor barcelonés ha recitado unos versos de Salvador Dalí, en los que el pintor de Figueres parodiaba una perorata militar. Finalmente, Monzó ha acabado su discurso asegurando que lo único que tiene claro el escritor "que siempre habla rápido" es la manera en que finalizará su alocución con un "muchas gracias y buenas tardes".

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