15è. aniversari (1999 - 2014)
 
 

Documentació

Al otro lado de La Rambla

Article publicat a “El País” el 17/09/05 per Javier Vallejo

Flor de Otoño aparece retratado en un ejemplar de Mundo Gráfico, en 1933: la cara maquillada de blanco, como la de los intérpretes de papeles femeninos del kabuki, y los labios en forma de corazón. Sentado en el suelo, con las rodillas dobladas y la palma de una mano coquetamente colocada tras la nuca, parece la mascota del grupo formado por un pistolero apodado Trotski, el travesti La Asturianita, sus amantes y el dueño del cabaré La Criolla, en el barrio chino, uno de los últimos reductos del cabaré ínfimo barcelonés. Cuenta Mundo Gráfico en un artículo escrito al hilo de la promulgación de la Ley de Vagos y Maleantes, que Flor de Otoño tenía ideas anarquistas y colaboró en el robo de armas del cuartel de las Atarazanas. El relato rezuma literatura. José María Rodríguez Méndez (Madrid, 1925) deseaba escribir una obra inspirada en el anarquismo barcelonés cuando dio con este personaje. "Vi un rostro interesante en esa foto y me dio pie para urdir una crítica de la burguesía barcelonesa", explica por teléfono. Ambientada tras la Exposición Universal de 1929 y la caída de la dictadura de Primo de Rivera, Flor de Otoño comienza con la irrupción de unos supuestos pistoleros en el domicilio de Lluís de Serracant, abogado e hijo de un general laureado en las guerras coloniales. El joven no está, su madre da la cara por él y los intrusos resultan ser policías con una orden de registro: han matado a La Asturianita y sospechan que Lluís está implicado.

El estreno de Flor de Otoño, escrita en 1972, fue obstaculizado por la censura franquista. La práctica totalidad de las obras de Rodríguez Méndez estrenadas antes de esa fecha sufrieron mutilaciones graves. Los censores autorizaron una única función de muchas de ellas. Flor de Otoño subió a escena en 1982, en un montaje de Antonio Díaz Zamora, con medio centenar de actores. El Centro Dramático Nacional recupera ahora esta pieza, para abrir su nueva temporada. Díaz Zamora amplificó cuanto de gran espectáculo hay en Flor de Otoño. Convirtió el teatro en cabaré, lo llenó de brillo: una compañía de travestis bailaba en los palcos y en el patio de butacas del Teatro Español, el protagonista llegaba en un cochazo y todo tenía un aroma envolvente y pleno. El montaje que para el CDN prepara Ignacio García, adjunto a la dirección actual del Teatro Español, es mucho más conciso, se sujeta más a la pura línea del texto. Lo interpretan 21 actores, sin aquel despliegue cabaretero. Fele Martínez es Flor de Otoño y Lluís, abogado de día, artista de noche; Jeannine Mestre y Roberto Mori son la madre y el querido del protagonista; Vicente Díez, el boxeador Surroca, y Francisco Maestre, el amante viudo de La Asturianita y el único actor que repite del montaje original. Más austero es el que Josep Costa dirigió en 2003 en Artenbrut, sala barcelonesa que cerró definitivamente hará un año. Costa lo hizo sin escenografía: los intérpretes y la luz bastaron. Al autor le encantó. Flor de Otoño es una pieza coral, con más de un centenar de personajes, escenarios múltiples y dos escenas multitudinarias: la del Bataclán, un cabaré del Paralelo, que acaba en batalla campal; y la del asedio de la Cooperativa Obrera del Poble Nou, resuelto a cañonazos. Rodríguez Méndez tiene pendiente de estreno El pájaro solitario, que mereció el Premio Nacional de Literatura Dramática de 1994. Fray Juan de la Cruz, su protagonista, aparece encerrado y torturado por los carmelitas calzados en Toledo, se escapa alentado por la presencia, onírica o deseada, de Teresa de Jesús, y es protegido por mendigos y putas. Una obra magnífica, coral, en el filo, que pide a voces un teatro público. El propio autor dirigió una lectura dramatizada en un ciclo de la SGAE, que la editó, y Elena Cánovas otra. Poca vida para mucha comedia. Ese encuentro virtual entre Juan de la Cruz y Teresa ha servido de molde para Estoy reunido, pieza en la que Rodríguez Méndez recibe la visita de Lope de Vega, dispuesto a conversar sobre la vida y el teatro. Hay edición electrónica en Caos Editorial. Flor de Otoño está editada en Cátedra. Otras obras suyas recientes se inspiran en Luis Candelas y en Isabel la Católica. "En Isabelita tiene duende, presento a la reina como una revolucionaria".

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