Documentació
"Mi libro fue rechazado por todos"
Ildefonso Falcones explica las claves de su novela 'La catedral del mar'
Ayer por la mañana, Ildefonso Falcones, el autor más vendido durante el pasado Sant Jordi en catalán y en castellano, se vistió la toga y defendió a uno de sus clientes, como si el día anterior no hubiera pasado nada. Este abogado barcelonés volvió después a su despacho y allí se encontró un aluvión de llamadas de medios de comunicación, deseosos de entrevistar al nuevo fenómeno literario del año. El autor de La catedral del mar ha pasado, en dos meses, de inédito a superventas.
- ¿Cómo lo lleva? Con sorpresa y satisfacción. Intentaré compaginar el despacho de abogado con una actividad literaria. Quiero mantener a mis clientes, llevo 25 años en esto y lograr hacerse un sitio en el mundo del derecho ha sido muy arduo, no se puede desechar alegremente.
- Pero ¿no trabaja más gente con usted? ¿No puede delegar en otros y dedicarse a escribir? - ¡Pero si estoy solo! Trabajo con mi mujer, que se ocupa mucho de nuestros cuatro hijos, y una pasante. No me gustan los macrodespachos, sino el contacto directo con el cliente.
- La pregunta que todos se hacen ahora es... -... si seré capaz de escribir una segunda novela con el mismo atractivo, ¿verdad? Lo veía en las miradas de los comerciales de Grijalbo, con quienes cené el domingo. Es la pregunta del millón, me la hago yo también...
- Con el éxito, llegan las críticas. Se dice que el suyo es un best seller prefabricado... Esta mañana, un colega suyo me ha llegado a decir: "Bueno, pero este libro lo han escrito muchas personas..." ¡Pues no, señor, el libro lo he hecho yo! Lo que sucede es que lo he sometido a la opinión de terceros, de gente profesional, que entiende de lo que habla. Es mi método habitual de trabajo, también en mi despacho, cuando redacto un informe. Cuatro ojos ven más que dos. A mí me interesa la opinión de los lectores y este sistema es un modo de anticiparla, porque te dicen: "Aquí sobran 20 páginas", "hay que dar más peso a este personaje", "busca otro título"... Soy receptivo y creo que sólo un tonto puede rechazar una metodología de este tipo. Yo, desde luego, la repetiré porque creo en ella y no me ha ido mal. Si cambio algo, será que aún pediré a más personas que opinen. Confío en no tener nunca un ego tan grande como para que me impida mejorar mi trabajo.
- Uno de los atractivos del libro es su reconstrucción de la Barcelona del siglo XIV... La documentación es fundamental: he leído tesis doctorales sobre la indumentaria de la época, tratados sobre los barcos, las crónicas de Jaume I y Pere III, a Eiximenis...
- ¿Qué opina de la comparación que se hace de su libro con Los pilares de la tierra? Hay dos diferencias básicas: la construcción de mi catedral es un hecho histórico, no ficticio, y el eje de mi obra es lo que le pasa al protagonista, no la construcción del templo.
- ¿Qué le decían los autores consagrados? No pude ni hablar con ellos, me caían los libros a un ritmo endiablado, alguien calculó que firmaba cuatro por minuto. Un escritor muy conocido - no le diré el nombre- se me acercó y me dijo: "¿Sabes que aquí rompemos las piernas a los que firman tanto?". Ja, ja.
- ¿Qué hizo cuando acabó su libro? Se lo envié a todas las editoriales, y fui rechazado o ignorado. Recibí cartas donde me respondían que "no encaja en nuestra línea", "no nos parece adecuado"... El impulso para conseguir su publicación se lo debo a mi agente, Sandra Bruna. ¿Cómo puede ser que, por un lado, me digan que es tan buena y, por el otro, haya tenido semejante rechazo?
- ¿Cuál es la mayor licencia que se ha permitido en la obra, falseando la realidad histórica? La capacidad de ascender socialmente del protagonista. No es algo que sucediera.
- ¿Qué opina su familia de todo esto? Mi mujer no está sorprendida. Confiaba mucho más que yo en mis posibilidades.
Tornar