15è. aniversari (1999 - 2014)
 
 

Documentació

Article publicat al diari “ABC” el 15/05/01 per Ángela Molina

Correspondencia privada es el nuevo título de Esther Tusquets (Anagrama), una obra de género epistolar que incluye cuatro cartas de tinte autobiográfico en las que la autora barcelonesa (1936) recupera episodios de su vida. «En cada relato intento reflejar la España del momento», dijo ayer Tusquets en la presentación del libro. «Evidentemente hablo de la burguesía barcelonesa, que es lo que mejor conozco, pero espero que los relatos se defiendan como tales porque el hecho de que sean autobiográficos carece de interés». Y añadió que su literatura siempre ha estado marcada por el momento en que ha sido escrita. «Estas cuatro historias tienen una base real, con cuatro personajes reales; pero hay cosas importantes de mi vida que no he contado; por ejemplo, apenas hablo de mi padre, ni de mis hijos, ni de mi hermano Óscar. En general, no ha habido autocensura; un escritor sabe que hay cosas que ha vivido que tienen una carga literaria, y las cuenta. Lo único que he evitado es herir a nadie, y contar episodios escabrosos de mi vida».

La escritora y directora durante cuatro décadas de la editorial Lumen hasta su jubilación, el pasado mes de diciembre-, autora de la trilogía formada por El mismo mar de todos los veranos, El amor es un juego solitario y Varada tras el último naufragio, cree que con Correspondencia privada cierra una época: «Estoy harta. Sobre todo bastante harta de ser yo. Siempre he sido una escritora que he dado vueltas sobre mi pasado. Pero nunca he contado las cosas como son. Soy exageradamente desmesurada».

Las cartas están dirigidas a su madre, a su profesor de literatura (un cordobés católico), a Eduardo -del que se enamora pese a la oposición paterna- y a Esteban, con el que mantiene un intenso idilio. El momento de Tusquets tiene unas dosis de nostalgia: «Es fantástico haber sido joven en los sesenta, y adulto en el 2000», afirma. Y reconoce, con Jorge Herralde, su editor, que este libro «tiene ciertas dosis de voyeurismo, pero sólo la que el autor permite».

Sobre las satisfacciones o insatisfacciones que le produce la vida moderna, a Tusquets le apena que la gente joven no reivindique nada. «La generación de mis hijos siempre está cansada». Y se pregunta. ¿Cómo se puede ser optimista en el mundo en que vivimos?

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