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Documentació

Los novísimos catalanes y la prosa del cerveceo

Article aparegut a “La Vanguardia”, el 17/11/00 a cura de Julià Guillamon.

Desde L'adolescent de sal, de Biel Mesquida, ninguna otra novela había aprovechado el retrato de las formas de vida juveniles para crear un mundo. Esta temporada, Cavalls salvatges, de Jordi Cussà, y Take five, de Joan Torrents, han elegido esta vía para sellar el cambio generacional de la literatura catalana. Severo Sarduy llamaba prosa del cerveceo a la manera de relatar que empieza a fluir libremente tras la tercera cerveza. En lo que podríamos denominar la prosa del saco roto, las piezas están desparejadas, porque unas cuantas se han perdido por el camino, mientras que otras -no necesariamente las más interesan-tes- han quedado atrapadas en las costuras. En Take five, por ejemplo, hay un viaje a Nueva York que se ha olvidado ya en el capítulo cuarto: viene a indicar que la vida del protagonista está abierta y que podría haber seguido en cualquier otra parte. ¿Gusto por la improvisación? ¿El caos ordenado del jazz? Una forma de construir el relato que prescinde de la regularidad, liberando la mente, y se deja llevar por impulsos inmediatos y sensaciones contradictorias. ¿Qué rasgos característicos hacen de "Take five" el indicador de una nueva sensibilidad? Muchos y muy llamativos.

EL ESCRITOR "MAUDIT" Y EL DESEO DE SER DOMINADO

La presencia de un misterioso francés, saxofonista de jazz, lleva de cabeza a los protagonistas. Sobre todo a Nil, que quiere ser escritor y siente una adoración ciega por Jun Trabal. El deseo de individualizarse y transgredir la reglas se confunde con la servidumbre voluntaria.

EL DANDISMO Y LA TELEVISIÓN

Todos quieren ser dandis. Pero los gestos magnificados de Nil, Laura o Alexis hay que relacionarlos con la expansión de la televisión en la vida privada ("una càmera oculta en un racó filmant les nostres expressions televisives").

EL SEXO EXPLÍCITO

Los lugares comunes de la pornografía, la esperpéntica violencia del "gore", han acabado por filtrarse en el lenguaje cotidiano y aportan materiales para novelas y películas que no son pornográficas ni específicamente violentas. Alexis es un atleta del sexo y un lúbrico charlatán. Ellas ceden sin reparar en sus groserías.

EL ROMANTICISMO EN LAS RELACIONES AMOROSAS

Como contrapartida a la aparatosidad de las relaciones sexuales, en cuanto aparece el amor los protagonistas se toman entre las notas de una melodía irresistible. Una llamada al orden desde la adolescencia intemporal.

LA CIUDAD COMO DETRITO

Los temas clásicos de la novela urbana (la incomunicación, el aburrimiento y la soledad entre otros) tienen en esta novela un papel irrelevante. La ciudad aparece como detrito y cárcel mental. Pero sin verdadera crítica. En realidad, ni siquiera se perciben las diferencias entre los distintos ambientes (es lo mismo un piso de estudiantes de la Riera de Sant Miquel que una fiesta en Vallvidrera con multipantalla y cocaína a destajo). Casi nunca se habla de dinero.

¿Se presentará Joan Torrents dentro de veinticinco años como Carme Riera, con su vieja chaquetilla de cuero, mientras un puñado de profesores de universidad vienen a cantar sus excelencias? Difícil predecirlo. Yo veo "Take five" como una experiencia narrativa nueva, aunque poco contrastada, interesante pero muy de época. Que entre otras cosas buenas aporta distancia respecto a las que han sido las líneas dominantes de la narrativa catalana de los últimos años. A saber: el escepticismo, la simplicidad expositiva o la claridad argumental (la influencia omnipresente de Quim Monzó). Hay recambios.

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