Documentació
Bodas de oro literarias
A sus 89 años, y coincidiendo con la publicación de su última novela, Reflejos de luna, Mercedes Salisachs (1916) anuncia tres nuevos proyectos y dice que le gustaría ver en el cine alguna de sus más de cuarenta obras literarias. Salisachs celebró ayer sus bodas de oro con la literatura con un desayuno de prensa en su casa. De hecho, lleva más de 50 años escribiendo y ha publicado más de 40 libros, pero suele decir que sus primeras obras eran muy malas, y empieza a contar su vida literaria a partir de Primera mañana, última mañana (1955). Este feliz aniversario - Salisachs esta en plena forma física- coincide con la publicación de su última novela, Reflejos de luna,editada por Planeta. Y no piensa detenerse, porque está llena de proyectos y no para de trabajar. Su editorial no duda en calificar la última como una sus mejores y principales obras. Reflejos de luna está formada por 34 fragmentos, cartas entre un hombre y una mujer ya viejos, que recuerdan sus vidas y un amor que desde 1955 ha estado marcado por la separación y los desencuentros. Mercedes Salisachs compareció radiante, con un alegre traje pantalón verde manzana, maquillada y apoyada en su bastón, en su piso del paseo de Gràcia. Quizá por este motivo lamenta que, más que una escritora, se la ha considerado siempre "una señora que escribe". Salisachs afirma que "el argumento es lo de menos. Lo que importa es la idea, el mensaje. Trato de que mis novelas sean amenas, divertidas y un poco intrigantes". Después, sigue: "Trabajo, leo y corrijo mucho. También leo muchos periódicos... estoy al día. No hago ejercicio, pero sí gimnasia mental". De hecho, confiesa hacer hasta tres versiones de una misma obra, que escribe con una vieja máquina eléctrica a la que le empiezan a fallar algunas letras, pero se niega a sustituirla por el ordenador. Corrige a mano sobre la primera copia y luego su secretaria, fiel desde hace casi 40 años, la pasa al ordenador. La autora de La gangrena, obra con la que ganó el premio Planeta en 1975, afirma que "se puede escribir desde el dolor" - no dejó de hacerlo cuando murió su hijo-, "pero no cuando se tienen problemas". Al final, alguien mencionó la polémica del último Planeta y la autora fue diplomática: lamentó "el disgusto que se habrá llevado la pobre chica" (Maria de la Pau Janer), pero añadió que Marsé es un gran escritor, y que sí había leído - y le había gustado- el anterior Planeta, que ganó Lucía Etxebarría.
Tornar