Documentació
Ramon Solsona fabula en un libro la vida de los viajeros del metro
“Autóctonos, ‘guiris’, inmigrantes con y sin papeles, de primera y de segunda generación, todos se mezclan en el metro. Un italiano cuarentón hace manitas con una muñeca de ojos rasgados. Una pareja pasea a tres hijos de colores distintos. Una catalana que parece una ‘pubilla’ de fiesta mayor se besuquea con un magrebí de ojos profundos... El ‘poti-poti’ no tiene marcha atrás.” Con estas palabras reflejaba Ramon Solsona (Barcelona, 1950) la fusión multicultural que se muestra quintaesenciada en el metro de Barcelona, en una serie de reportajes que publicó en “La Vanguardia” en agosto del 2001. Se la encargó el diario al enterarse de que el autor estaba trabajando en una novela sobre el metro. Ahora esta obra, titulada Línia blava, llega a las librerías editada por Columna. Estructurada en 25 capítulos que corresponden a las estaciones de la línea 5 (más dos que no están en funcionamiento), la novela propone un itinerario literario desde Horta hasta Cornellà. En este marco subterráneo, el narrador observa a los viajeros y da rienda suelta a su imaginación fabulando sobre sus vidas, sentimientos e interrelaciones. Solsona crea catorce líneas argumentales, cruzándolas, haciéndolas converger y entretejiéndolas en un conjunto que, según el autor, no hay que leer como relatos independientes, sino como un único “vagón de vidas”. “Cuando viajamos en metro, todos hemos fabulado sobre las biografías posibles de los pasajeros sentados frente a nosotros señaló ayer Ramon Solsona al presentar la obra. La motivación de esta novela es precisamente el misterio del otro. Somos curiosos por naturaleza, pero no podemos saber las vidas de los demás. Únicamente guiándonos por indicios o síntomas podemos deducir cosas y hacer trabajar la imaginación. Eso es lo que he intentado hacer: imaginar una serie de historias.” Solsona encuentra de lo más acertado el eslogan inscrito en el último plano-guía del metro barcelonés: “Hi ha un món aquí a baix” (Hay un mundo aquí abajo). “Todos llevamos una novela encima, incluso las personas aparentemente más anodinas dice el escritor. Historias que van desde la más estricta cotidianidad hasta la excepcionalidad.” El autor encabeza el libro con una cita de Virginia Woolf, en la que la narradora imagina detalles de la vida de la señora Brown, una anciana que se sienta frente a ella en el metro: “Creo que todas las novelas empiezan con una vieja sentada en el asiento de enfrente”, concluye la cita de la escritora inglesa. “En el metro coinciden miles de señoras Brown”, agregó Solsona. Las historias que configuran Línia blava se basan en parte en noticias de prensa y hechos vistos u oídos por el autor, enriquecidos o deformados por su imaginación. “La realidad siempre supera la ficción; pero la realidad no es literaria y exige una elaboración. Mi trabajo ha consistido, por tanto, en observar, imaginar y elaborar”, explicó. El recorrido metropolitano de Solsona se detiene en todas las estaciones que funcionan actualmente en la línea 5 e incorpora además la de Gaudí, fuera de servicio, y la de Cardenal Reig, aún en proyecto. “No es cierto que el metro sea el medio de transporte de los pobres matizó. Es un medio funcional en el que viaja gente de distintos estratos sociales. El recorrido ‘social’ de la línea 5 varía desde el barrio de Horta, antaño de residencia veraniega, hasta el extrarradio obrero de Cornellà.”
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