Documentació
Màrius Serra publica 'Farsa', una parodia de la sociedad actual que explora la identidad
"Yo de mayor quiero ser novela", bromeaba ayer Màrius Serra (Barcelona, 1963). "Muchos dicen que el género tiene mala salud, pero lo cierto es que continúa vivo, es un enfermo saludable. Y a veces sólo la ficción de la novela te permite iluminar zonas de penumbra de un tema complejo", añadió el escritor al comentar su nuevo libro, Farsa,la obra que le ha valido el premio Ramon Llull y que ayer presentó en Barcelona. Esta vez Serra ha puesto el artefacto novelesco al servicio de un tema difícil de abordar, como es el de la identidad y, más en concreto, la inmigración. Y lo ha hecho en clave de parodia. Farsa es una novela ambiciosa que contiene una sátira de la sociedad actual y del lenguaje políticamente correcto de la multiculturalidad. No por casualidad el autor ha elegido el Fòrum de les Cultures ( "una farsa con un pretexto culturalista") como uno de los escenarios de su historia (el otro es el Gran Casino de Barcelona). Aunque se trata de una novela coral, por la que transitan una veintena de personajes, Farsa tiene dos protagonistas destacados: un mago apodado El Gran Morelli y un inmigrante de origen magrebí llamado Saïd. La novela arranca cuando el primero, en el marco de un encuentro en el Fòrum, hace desaparecer dentro de un armario al joven inmigrante, que poco después reaparecerá bien vestido, hablando un perfecto catalán de Osona y en posesión de varias tarjetas de crédito. Éste será sólo un golpe de efecto, ya que posteriormente el mago hará desaparecer de nuevo al joven y más tarde a otros sin papeles.El misterio aumenta cuando todos estos inmigrantes reaparecen en el Gran Casino reconvertidos en crupiers. Esta anécdota será el eje de una descomunal patraña que otros dos personajes - un librero de lance y un ex presidiario apodado Stendhal, porque en la ruleta sólo juega a rojo o negro- se empeñarán en desentrañar. Ante la dificultad de ponerse al cien por cien en la piel del otro, en este caso el inmigrante, Serra convierte en personaje al pronombre de primera persona, un yo colectivo que va adoptando diversas identidades. "La idea mela dio un cuento de Günter Grass, de su libro Mi siglo. En él aparecía un terrorista de la banda Baader Meinhoff y, para distanciarse del personaje, Grass se valía de una alternancia del yo y el tú". Un hilo conductor de la novela son las memorias de Robert Houdin, el mago francés considerado el padre de la prestidigitación moderna, y que es un referente para El Gran Morelli. Serra se sirve de este texto - que leen muchos de los personajes de la novela- para "hacer una reivindicación de la lectura como depositaria de la memoria". Planeta ha hecho una tirada de 15.000 ejemplares de la novela, y en septiembre publicará su traducción castellana. Esta tarde Màrius Serra firmará ejemplares de la obra en la Casa del Llibre, en el marco de la Setmana del Llibre en Català.
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