Documentació
La poesía secreta de Mercè Rodoreda aflora con el libro Agonia de llum
Mercè Rodoreda cultivó, entre los años cuarenta y cincuenta, una faceta poética que después ella misma relegaría para dedicarse de lleno a la novela. Aquella producción lírica fue, sin embargo, relativamente amplia y de una calidad literaria parangonable con la de otras grandes figuras de la poesía, según el parecer de los expertos. Buena parte de aquellos textos, exactamente un centenar de sonetos, salen ahora a la luz por primera vez en el volumen Agonia de llum. La poesia secreta de Mercè Rodoreda, pulcramente editado por Angle Editorial.
La obra es la culminación del trabajo de ordenación, estudio y edición del material poético que forma parte del legado Rodoreda depositado en el Institut d'Estudis Catalans, y se debe al filólogo Abraham Mohino, que firma una amplia y documentada introducción. El corpus poético rodorediano tiene en el libro como contrapunto la reproducción de 31 obras pictóricas de la escritora, realizadas también durante el exilio y de forma paralela a los poemas. Un tercer elemento de interés completa el volumen: se trata del epistolario que mantuvieron la autora y Josep Carner simultáneamente a la elaboración de aquella obra poética. Un diálogo entre maestro y joven aspirante a poeta que el editor compara con las “Cartas a un joven poeta” de Rilke.
Abraham Mohino ha organizado los poemas de forma cronológica en cinco pequeños libros. El primero, titulado “Món d'Ulisses”, responde a un proyecto de Carner de recrear “La Odisea” en verso, y las composiciones que lo integran “forman uno de los grupos de poemas más importantes de la literatura catalana, comparables a los de ‘Nabí’ de Carner o a las ‘Elegies de Bierville’ de Riba”, según Mohino. El denominador común de todos ellos es el intenso sentimiento del exilio. “Son textos densos, algo herméticos, pero bellísimos y de alta exigencia técnica, en los que la autora utiliza una máscara para hablar de su difícil situación personal.”
Intimismo literario
“Albes i nits” y “D'amor i de mort” son los dos ciclos siguientes, en los que “la voz poética de la autora aparece sin máscara” y se aventura en el intimismo literario. El “sentimiento de pérdida, de imposibilidad amorosa y de angustia existencial” se desprende de muchos de estos textos. De cariz distinto son las composiciones agrupadas en las series “Illa dels lliris vermells” y “Bestioles”. Son sonetos de verso más breve, “en muchos casos de consistencia epigramática” y de contenido menos dramático. “Son poemas de madurez, que la autora compone al filo de la crisis de los cuarenta años.” “Bestioles” es un bestiario desplegado a través de poemas-juego, en los que a veces puede detectarse “en la voz de los animales la visión trágica de la vida que tenía la escritora”.
Los sonetos de Rodoreda –que Mohino no dudó en comparar con los de Shakespeare, Petrarca o Rilke– van precedidos de un poético y evocador prefacio sobre el mundo de la escritora a cargo del catedrático Joaquim Molas, bajo cuya tutoría se ha realizado la presente edición.
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