Documentació
Article publicat a Què leer el mes d’octubre a cura de Celia Cernadas
Cuesta ubicar esta novela. Se hace difícil, sobre todo, porque no se ajusta a los cánones de su propia apariencia: El peso del aire sería una clásica novela de crimen y misterio si no le faltaran algunos de los elementos básicos. Tenemos una muerte accidental que resulta ser un asesinato. Bien. Pero a partir de aquí las aguas se vuelven pantanosas. La primera mitad de la historia, para empezar, es reiterativa y machacona. Entre bostezos, uno se pregunta a cada página hasta dónde demonios quiere llevarlo el narrador. Y entonces llega la segunda mitad: el ritmo se acelera, y empiezan a aflorar todos los elementos que sustentan la trama criminal. Tenemos, ahora sí, una modelo que se acostaba con el muerto en secreto, algunos odios ocultos y el descubrimiento del asesino... Pero nada parece tocarnos. Nuevamente falta algo: el policía es un personaje florero, el retrato psicológico del trío protagonista es débil y, sobre todo, no hay reconstrucción de la escena ni del modus operandi del crimen, del cómo y del dónde. Al final resulta que en El peso del aire el asesinato -los hechos- es lo que menos importa. Y nos queda la historia de un perdedor, el Nene Correa, personaje de una simpleza, pasividad y parsimonia sorprendentes que solo al final, en la fusión con el fantasma del padre-ladrón ausente, adquiere una dimensión compleja y humana.
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