Documentació
Este libro es mi biografía", dice Porcel de la integral de sus cuentos
La faceta de cuentista es la menos conocida de Baltasar Porcel, celebrado por sus novelas y seguido en su labor de columnista. Sin embargo, lleva escribiendo relatos desde los años cincuenta. El volumen Les maniobres de l'amor, recién editado por Destino, recopila y ordena toda la narrativa corta del escritor.
"Novelas y cuentos, todo es una misma faceta. Lo que ocurre es que en los últimos años las novelas han oscurecido los cuentos, porque me han ocupado mucho tiempo", explica el autor mallorquín, cuya última compilación de relatos databa de 1984. El nuevo título añade aproximadamente un centenar de páginas a aquél -que prologó Carme Arnau- y reúne 54 narraciones escritas entre 1958 y el 2001.
"Para mí, una novela buena es mucho más importante que un cuento bueno -indica Porcel-. Pero es evidente que un cuento puede ser mejor que una novela. Creo que hay dos tipos de cuentos: una historieta de ficción o un relato que sea también un universo. En este sentido, este libro refleja el mismo mundo que mi novelística. Casi podría convertirlo en una especie de novela. De hecho, ‘Difunts sota els ametllers en flor’ era una serie de historias que fui engarzando."
El libro está dividido en tres bloques, que corresponden a tres grandes motivaciones vitales y literarias del autor: el amor y el erotismo; su fascinación por China, país al que viajó a menudo en los setenta, y la realidad y el paisaje de Mallorca y su Andratx natal. "Es que este libro viene a ser mi biografía -admite-. Pero hay diferencias entre los relatos antiguos y los más modernos. Los primeros son más ensimismados, narrativos y trágicos, mientras que los actuales son más dialogados y más sarcásticos. Antes los personajes estaban dibujados como individualidades y ahora forman parte del rebaño, porque la sociedad tiene hoy un peso mayor."
Baltasar Porcel, cuyas dos últimas novelas (El cor del senglar y L'emperador o l'ull del vent) han recibido premios y elogios unánimes, explica que en sus dos primeros cuentos ya estaba todo el germen de su obra. "En ‘Els penjats’ y ‘La lluna feliç’ ya estaban los temas que después he seguido abordando: la violencia, el sueño, la preocupación por la justicia..."
Según el estudioso Xavier Pla, que detecta en la obra del autor ecos de Pla, Villalonga y Miller, el último Porcel "ofrece la imagen de un escritor maduro que sabe transmitir la desorientación del hombre que, perdidas las antiguas certezas, se mueve errático por el mundo contemporáneo". "En mis cuentos, como en mis novelas -dice el escritor-, trato de reflejar al hombre entendido como una pasión, y su lucha por construir su propio destino. Su ambición, su miedo a la muerte... Y la paradoja del hombre que busca la felicidad pero que, al mismo tiempo, se enfrenta a un destino trágico."
Muchos de los relatos del volumen, fechados en los años sesenta, fueron escritos para "La Vanguardia". "Cuando empecé a colaborar en el diario, escribí un artículo sobre Eugeni d'Ors que no gustó a las autoridades de Madrid y el gobierno inició una campaña contra mí. Después de la intervención arbitral de Manuel Aznar, que entonces era el presidente de la agencia Efe, la dirección del diario y el régimen pactaron que escribiría textos sólo literarios. Y me puse a la tarea, teniendo en el horizonte algunos bellos relatos de Azorín, Gogol o Miquel dels Sants Oliver."
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