15è. aniversari (1999 - 2014)
 
 

Documentació

Un bello sacrificio

Article publicat a “La Vanguardia” 21/12/01

Cinco volúmenes, 1.350 páginas. ¿Es El troiacord un libro para el lector de hoy? Les contaré mis impresiones a lo largo de dos semanas. Al final del primer volumen (una historia de suplantación de personalidad, con un prisionero de Zenda del mundo de las finanzas) me sentía como si acabara de escalar una cima. Entre el segundo y el tercer tomo (la trama se complica con revelaciones sobre la secta de los Pelegrinos de Moeris) la lectura me provocó un extraño desasosiego. Me desperté sobresaltado y tuve que levantarme a leer: el día me sorprendió con las aventuras de Jaume Camus y sus formidables coitos. Para perder el hilo después (tras la historia del secuestro del enano al que todos llaman el Tonto-Dios) y dejarme caer en una cierta indiferencia ante una trama que no avanza significativamente. Seguí disciplinado hasta el final del cuarto volumen (números áuricos, derivaciones hacia el misterismo egipcio).

El quinto y último -300 páginas de conclusiones, con una premonición del mundo futuro- devuelve el interés y la claridad. Francesca se enfrenta al dilema de su papel en la conjura y todos salen ganando. El troiacord provoca emociones complejas. Es un bello sacrificio.

Previsiones apocalípticas

A diferencia de lo que sucedía en las obras anteriores -especialmente en El jardí dels Set Crepuscles-, la última novela de Miquel de Palol está encerrada sobre si misma. En El jardí, a partir de las previsiones apocalípticas de economistas, sociólogos y arquitectos, Palol introducía muchos elementos para comprender la realidad de Barcelona en el paso de los setenta a los ochenta.

Aquí se mantienen los componentes principales de aquel universo (el retorno a la aristocracia, la iniciación de los jóvenes, la autoridad de los viejos). La realidad queda más lejana. Toda la acción se desarrolla en el vacío metafísico de grandes mansiones y suntuosos despachos.

Una de las características de la novela son los largos periodos en los que apenas hay acción. En su lugar, diálogos entre personajes que se cuentan sus descubrimientos, trazan planes y confabulan unos contra otros. Estos diálogos pueden llegar a ser muy sabrosos -cuando lo carnal ameniza los muchos saberes de Palol- o derivar en una jerigonza indescifrable. La superposición de distintas voces (con personajes de nombres complicados: Shyam Suk- thankar, Eustachius Monnard, Ummaguma) no ayuda a hacerse una idea de conjunto. Como ya sucedía en "El jardí" el protagonista es un héroe simposiaco, de múltiples personalidades que acaban formando un solo cuerpo.

La imaginación de Palol es muy rica. Una visita a las cavas del Vaticano con el descubrimiento de una máquina lógica, una fábula tropical con una manada de monos antropófagos encerrados en un dodecaedro son muy sugerentes. Las escenas eróticas constituyen un aliciente, que se justifica porque en El troiacord los orgasmos son una fuente de energía cósmica. La erudición, cuando no reclama demasiados conocimientos, ayuda a abrir perspectivas y puntos de fuga. Palol trabaja a partir de la idea del teatro de la memoria, las técnicas de reminiscencia, a las que Francis A.Yates dedicó un estupendo libro. En "El troiacord" la idea de los lugares mnemónicos se combina con las lecturas de la física moderna, las variaciones musicales, las cadenas sexuales, los emblemas alquímicos.

Pocas obras se han escrito en Cataluña más ambiciosas que El troiacord. Ni tampoco más desproporcionadas (habría que remontarse a El pelegrí apassionat de Puig i Ferrater). Es la obra de un superdotado: arquitecto, matemático, geómetra, erudito. Sus libros no siempre atienden a las necesidades de comunicación recomendables en el mundo actual, recuperan para la literatura espacios de trascendencia y transmiten al lector un aliento grandioso

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