Documentació
Goytisolo: «La corrección política no cabe en arte»
Desde la atalaya de sus setenta y cinco años Juan Goytisolo ve cómo va a ir tomando cuerpo su obra completa, a un ritmo de dos volúmenes por año, hasta llegar, por lo menos, a siete. Tras el no muy lejano primer tomo, «Novelas y ensayo», que incluía su obra realizada entre 1954 y 1959, llegan ahora dos nuevos ejemplares (Galaxia Gutenberg).
El volumen II recoge su producción literaria escrita entre 1959 y 1965 (las novelas «Para vivir aquí», «La isla» y «Fin de fiesta») y los relatos de viaje «Campos de Níjar» y «La chanca», fruto de su experiencia en Murcia y Almería, así como «Pueblo en marcha», recapitulación del autor sobre otro viaje, esta vez a la Cuba revolucionaria. En cuanto al volumen III nadie puede dudar de su enjundia pues incluye tres novelas imprescindibles y rompedoras como «Señas de identidad», «Don Julián», «Juan sin tierra», y otros títulos tan sugerentes como «Makbara» y «Paisajes después de la batalla».
Atalaya de la edad
Desde esa mencionada «atalaya de la edad» Goytisolo explica que el ingente trabajo de revisión que conlleva esta obra completa, «ha sido una experiencia curiosa, como lo es el volver la vista atrás y leer mis libros como si no fueran míos», Así, en algún caso como el de «Juan sin Tierra» han variado bastantes cosas con respecto a ediciones anteriores, mientras que en otros como «Don Julián» los retoques han sido mínimos, pero eso sí, todos realizados siempre bajo la premisa que firmemente defiende Juan Goytisolo: «El autor tiene derecho a revisar su obra creativa y a mejorarla».
Compañero de viaje del Partido Comunista («tuve la fortuna de no entrar en el PCE, por lo que no he tenido que hacer ese viaje hasta la extrema derecha que otros sí han hecho»), muy crítico desde joven con la Dictadura, Goytisolo se exilió pronto en París y sólo vio sus libros publicados en España tras la muerte de Franco. Lo que no impidió que le llovieran críticas desde varios frentes, incluso amigos: «Mis compañeros de izquierda me preguntaban que dónde estaban los obreros en mis novelas; y las feministas me insistían en que las mujeres son personajes secundarios en mi obra». Ante estas críticas «ideológicas», Goytisolo siempre ha creído y defendido que «en la creación literaria no puede hablarse de corrección política». O, lo que es lo mismo aunque no sea igual, que los personajes y lo que dicen no pueden ser sacados de contexto, porque «un tema sólo cobra sentido dentro de la estructura novelesca.
Finalmente, tras asegurar que «todo creador es una anomalía», y declararse «antinacionalista politico y artístico», el escritor
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