15è. aniversari (1999 - 2014)
 
 

Documentació

Jacint Verdaguer: Mística y música

Article publicat a “El Mundo” el 06/06/02 per Andrés Ruiz Tarazona

Al atardecer del 10 de junio del 1902, en la finca Vil·la Joana, de Vallvidrera (Barcelona), fallecía Jacint Verdaguer, la voz más potente y clara de la Renaixença catalana, excelso poeta y hombre de controvertido fanatismo religioso. Desde que se perdonó su rebeldía, Verdaguer gozó de su bien ganada popularidad. Barcelona le tributó un homenaje especial con un concierto, pues su obra poética había contribuido al auge del movimiento coral en Cataluña. El Orfeo Catalá interpretó La mort de l’ escolá de Nicolau y el breve cuadro escénico L’ adoració dels pastors, con música de Enric Morera. Además de a estos dos compositores, Verdaguer ha inspirado a otros grandes artistas y músicos. Casals se vio motivado por Canigó, que había impresionado a Menéndez Pelayo. Amadeo Vives compuso su célebre canción para coro L’ emigrant (1894) sobre el célebre poema Patria. También puso Vives música a Jesus i Sant Joan para coro mixto. Numerosos compositores catalanes contemporáneos del poeta de Folgueroles escribieron sobre sus textos. Desde Felipe Pedrell (recordemos su Lamento para tenor, y quinteto con piano Jesus als pecadors), pasando por Lluis Millet (Goigs de Nostra Senyora de la Mercé, La filla de Maria, La fada de Lanos, Sospirs...) , Josep Anselm Clavè, Lamote de Grignon, hasta el citado Enric Morera, que compuso un poema sinfónico sobre L’ Atlantida. Victoria de los Ángeles estrenó en l946 el llamado Tríptico de Mossén Cinto, de Joaquín Rodrigo, tres espléndidas canciones sobre otros tantos poemas de Verdaguer: L’ harpa sagrada, de Idil.lis i cants mistics y Lo violi de Sant Francesc. Son canciones con orquesta y si la primera es muy mística y emotiva, la última ofrece un sorprendente clima mahleriano. Pero la gran obra musical sobre textos de Verdaguer es, obviamente Atlántida, obra póstuma de Manuel de Falla retocada y, en cierto modo, acabada por su discípulo Ernesto Halffter. Para componer esta colosal cantata escénica, Falla extrajo la casi totalidad del texto (con algún añadido y pequeñas modificaciones) del gran poema épico de Verdaguer L’ Atlantida, estructurado en una introducción, diez cantos y una conclusión. Falla se valió sobre todo de los dos primeros cantos y de la conclusión de L’ Atlántida que, para el gran poeta Joan Maragall es, antes que nada, el monumento del verbo catalán moderno: El poeta bajó de la montaña a la ciudad cantando su poema y nuestra lengua volvió a existir viva y completa, popular y literaria a la vez. Llegó en el momento preciso en que había de venir.

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