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Documentació

Ana María Matute anuncia una nueva novela de corte realista y época actual

Article de Juan Carlos Merino publicat a “La Vanguardia” l’11/08/00

Ana María Matute (Barcelona, 1926) participa estos días en uno de los cursos de verano de la Complutense, en El Escorial, "Libros para el tercer milenio", mientras descansa de sus últimos éxitos editoriales "Aranmanoth" le costó perder cuatro kilos de peso-, y se prepara para una delicada operación de ojos. Pero ya tiene una nueva novela en la cabeza. "He tenido suerte con mis libros - dice- porque nunca se han dejado de publicar. Hoy en día se publica un libro y rápidamente desaparece. Los míos están continuamente reeditándose de una manera contumaz. Sólo de Olvidado rey Gudú se han vendido más de 500.000 ejemplares. ‘Aranmanoth’ lleva buen camino." La escritora anuncia nuevo libro. "Tengo otro libro incrustado aquí dentro. En noviembre o diciembre empezaré a escribirlo. Pero sin prisas. Tenga en cuenta que he perdido cuatro kilos escribiendo Aranmanoth. Me tomo las cosas muy a pecho. Bueno, no todo, sólo lo que me interesa. Y no se puede imaginar la cantidad de cosas que no me interesan. El libro transcurrirá en la época actual. No se puede decir que será una novela realista, como ‘Los hijos muertos’. Aunque también habrá algún elemento mágico, más que nada por la imaginación de uno de los personajes. En todos mis libros, incluso los más realistas, hay siempre un elemento mágico. No lo puedo evitar. Es mi naturaleza, como decía el escorpión." Ana María Matute dice que siempre tiene en la cebeza la novela antes de escribirla. "Hay quien se pone a escribir sin más, y lo respeto, pero no es mi caso. Hasta que no tengo la novela bien cuajada no puedo empezar a escribir." Sobre la muerte de Carmen Martín Gaite, la escritora confiesa que "pasé tres días horribles, soñando con ella. Éramos muy amigas desde hace muchos años. Vivimos muchas cosas juntas. Para mí ha sido terrible, era una estupenda persona y una estupenda escritora. Me ha dejado un gran vacío". La autora barcelonesa afirma que "la literatura ha sido mi salvación, porque yo de niña tenía tartamudez y me costaba mucho hacer amigos en el colegio de monjas, ligeramente espantosas, al que iba, donde ser tartamuda era un pecado". Pero en aquel claustrofóbico ambiente encontró un buen "amigo": Andersen y sus cuentos, que le revelaron una realidad que va mucho más allá de lo anecdótico. Y levanta su protesta contra "lo políticamente correcto, que -dice- se está cargando la literatura infantil".

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