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Documentació

"Aún voy a dar mucha guerra"

Article aparegut al“El País” el 10/10/01 per Joan de Sagarra

A Juan Marsé le han concedido el Premio Nacional de Narrativa. Después del Biblioteca Breve, del Internacional de Novela México, del Planeta, del Juan Rulfo, del Unión Latina, del de la Crítica, y seguro que me olvido algún que otro más, ahora, a sus 68 años cumplidos, le llega el primer premio oficial, financiado por un ministerio español. Dos kilos y medio, mientras aguarda a que le den el Cervantes o el Príncipe de Asturias, aunque eso ya lo ve un poquitín más peliagudo. Hay demasiados intereses por medio.

Rabos de lagartija se me antoja su mejor novela y juraría que a mi amigo también, y no por ser ésa su última novela, que es, dicen, la que los novelistas prefieren. En cualquier caso, es una de las que más problemas le ha planteado, por no decir la que más, y que mejor ha sabido resolver.

Pero Marsé no suele hablar de esas cosas. Marsé habla poco, muy poco de literatura, y menos de la propia. Prefiere el cine. La tarde anterior a la concesión del premio, fuimos a ver Los otros, de Alejandro Amenábar. 'Un discreto ejercicio de estilo, que fatiga al principio, con trampas sin resolver, al contrario de lo que ocurre en las películas de Hitchcock. Excelentes actores y espléndida fotografía', sentencia mi amigo. Luego, tras beber un sorbo de su caña, empieza a divagar sobre Nicole Kidman y, de manera especial, sobre el trasero de la actriz. 'Tiene un culo precioso', dice, y cita una película en que se lo vio, cosa que desgraciadamente no ocurre en la película de Amenábar. De la actriz australiana pasamos a hablar de la italiana Isa Miranda, la guapa mujer de Alfredo Guarini, que a la noche [la del lunes] protagonizaba una película de Max Ophuls, La mujer de todos, en la tele. Nos acercamos a una tienda de vídeos y Marsé compra uno virgen, de cuatro horas, para grabar la película de Ophuls. Pregunta por un vídeo del Pingu, para su nieto Guille.

Oscurece. Me intereso por su salud. Marsé se muestra eufórico. 'Ayer pasé una revisión para no se qué de la próstata. No me encontraron nada, nada de nada (aunque he de volver dentro de tres meses). Aún voy a dar mucha guerra'. Mi amigo me dice que le ha llamado alguien para decirle que ha visto unas pruebas de El embrujo de Shanghai (la película de Trueba, adaptación de la novela homónima de Marsé) y que le han gustado mucho.

A la mañana siguiente le llamo para felicitarle por el premio. '¿Te ha llamado Pujol o alguno de sus dakois?', le pregunto. Me dice que no, que tan sólo le han llamado de Madrid, del ministerio. '¿Irás a recogerlo?'. 'No sé, depende de la salud. Siempre pillo algo. Además, me joroba coger el avión, y más ahora, con todos esos accidentes'.

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