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Documentació

Calderón sobre ruedas

Article publicat a “El País” el 29/06/02 per Aurora Egido

La realidad del Lope más díscolo

Calderón de la Barca y Lope de Vega son objeto de dos interesantes revisiones. Del primero, la Universidad de Navarra publica la edición crítica de sus autos completos, un gran proyecto de la filología hispánica. Por ejemplo, en el último volumen, El socorro general, se aprecian las virtudes de una cuidada elaboración aligerada de signos críticos superfluos y con ortografía modernizada. Por su parte, la Universidad Autónoma de Barcelona presenta en su Anuario de Lope de Vega diversos estudios sobre el autor de Fuenteovejuna.

Hasta para Quevedo el nombre de Lope era proverbio universal de todo lo bueno. Y es que Lope era, y es, mucho Lope, a juzgar por las vidas que vivió y por la variedad de una escritura desbordante que brilló en todos los géneros. De su teatro, el mimetismo ha hecho que se estrenen casi siempre unos cuantos títulos, desestimando el resto. El equipo ProLope, de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha afrontado la inmensa tarea de editar todas las Partes de sus comedias. Publicadas las dos primeras en seis volúmenes y ya en prensa las tres siguientes, con aplicación rigurosa de la crítica textual, los Anuarios han ido recogiendo, a su vez, artículos, reseñas, notas y textos, fruto de seminarios y congresos internacionales en torno a Lope.

El Anuario VI, fiel como los anteriores al escrutinio, corrección y edición de los textos lopescos -en este caso, a cargo de Dixon, Roas, Presotto y McGrady-, los ilumina además con diversos estudios histórico-filológicos. De sus páginas surge un Lope nadando entre las exigencias de la corte y las del corral de comedias que todo lo convertía en teatro, como hizo a raíz de los festejos que acompañaron la visita de Felipe IV a las posesiones del duque de Lerma. Y es que, según demuestran Ettinghausen, Alviti y Atienza, Lope aspiró a algo más que a simple reportero de crónicas festivas, sabiendo ser crítico con el poder del valido, cuya figura coloca por debajo de la del rey en El último godo. Se va así configurando un teatro complejo y ambiguo, en parangón político con el calderoniano, que desmonta las tesis de Lope como mero portavoz de los ideales propagandísticos de la monarquía, haciéndose paradigma el título de la comedia estudiada por Vindel: El mejor maestro, el tiempo.

Sin haber pisado Italia, Lo pe alcanzó, según Elvezio Canonica, amplios conocimientos de su cultura, gracias a los contactos con sus escritores, actores, artistas y banqueros. Un país que le devolvió con creces la admiración y del que tanto aprendió en sus debates sobre preceptiva dramática. Pero si es cierto que la invención de la comedia nueva no salió de la nada, también caben matizaciones de diversa índole; algunas tan arriesgadas como la de Jesús Cañas, que revisa el supuesto origen de la comedia nueva en el destierro valenciano de Lope, otorgando mayor importancia a su estancia en Alba de Tormes, donde se acrisolaría el hibridismo genérico con el que triunfó en los escenarios. Por ellos desfilarían esos héroes desdichados, analizados por Grilli, que alcanzarían su ápice en El Caballero de Olmedo, sobre una calculada geometría de cuadros escénicos destacados por Antonucci. Frente a él, Cervantes fracasaría en su intento de derrotarlo con fórmulas distintas para ganar el aplauso, creando un teatro crítico y hasta paródico del lopesco, pero que, según Cannavagio, creó figuras singulares, capaces de enfrentarse al mundo e inventarse a sí mismas. Pese a los ataques sufridos en el Siglo de las Luces, sus comedias se refundieron preparándose así una resurrección, a principios del siglo XIX, que Josep Maria Sala cimenta en la capacidad de competir con las comedias lacrimógenas. El Fénix resurgiría de nuevo en l935 como portador de ideologías opuestas en los dos bandos de la contienda que, a juicio de Florit, hicieron de su obra una utilización partidista.

Por otro lado, en la prosa de Lope, plagada de misterios todavía por desvelar, Bienvenido Morros descubre cómo la seducción en El peregrino en su patria proviene del Tirant lo Blanch, mientras que La Dorotea, estudiada por Trambaioli, contrahace irónicamente en figura masculina los clásicos visajes de la mujer despechada.

El Anuario es un instrumento filológico imprescindible, digno de 'sacras estrellas', augures de un mecenazgo equiparable al que se concede a la restauración del patrimonio artístico.

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