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Documentació

Vida y muerte de los barceloneses

Article publicat a “La Vanguardia el 07/04/2002 per Julià Guillamon

En 1986 el Museu d'Art Modern organizó una retrospectiva del pintor Feliu Elias. Recuerdo un cuadro en el que un hombre en camiseta miraba por una galería del Eixample y otro en el que una chica aparecía con el delantal "fent neteja". De tan objetivo, el realismo de Feliu Elias resultaba inquietante. Un cubo de zinc, una bombilla, un helecho medio muerto en su maceta se transfiguraban, ya no eran objetos cotidianos, naturales, sino representaciones ideales que invitaban a la transcendencia.

Los tres relatos que integran el libro de Mercè Ibarz A la ciutat en obres forman parte de la misma tradición que los cuadros de Feliu Elias. Son historias que se desarrollan bajo una luz artificial: un día claro y ventoso, una noche de luna llena, una gloriosa mañana de sol. Al filo de mediodía, cuando no hay sombras, los poderosos declinan el poder que ejercen sobre nuestra existencia. Es la hora de los viejos poéticos, recluidos en un clima de condensación vital que favorece la aparición de fantasmas del pasado: Bruna, la amiga perdida; Christine, la chica que murió de cáncer; Maria, desaparecida después de tantos años.

Cada cuento propone un recorrido por Barcelona. Por el paseo Sant Joan hasta el umbráculo de la Ciutadella, por el interior del inmueble laberíntico hasta la azotea, por el Eixample, en zigzag, hasta el mercado de Sant Antoni. El componente pictórico es evidente. Las influencias de la nueva objetividad, del surrealismo de Dora Maar o de Remedios Varo se completan con referencias a las creaciones ópticas de la modernidad: un Braque cubista que recuerda un paisaje de las Filipinas, una estampa -¿un Magritte?- que subraya la paradoja de este mundo de luces y contraluces, fragmentado, pero en trance de recomponerse en ensoñaciones oníricas e imágenes dobles.

Las historias de Mercè Ibarz hablan de los amigos perdidos, de la enfermedad y la muerte, de la ciudad que se transforma, del acto fallido. En el último de los cuentos, "El contracte", la protagonista, que lleva años trabajando como "free lance", acepta un empleo fijo en una revista de cosmética. Cuando se dirige al trabajo encuentra a su antigua compañera de piso. Está enferma. Los ataques de epilepsia escondían un tumor cerebral. El lector no tiene por qué saber que estas cosas forman parte de una historia real, que la revista de cosmética -qué ironía- es el "Diari de Barcelona" y que una periodista amiga, Dolors Palau, tenía los mismos síntomas que María. Al lector le basta con la audacia de la prosa, con la atmósfera "que es pot tallar", con la complejidad emocional y moral que se respira en estas páginas. Pero es bueno que sepa que en los cuentos de Mercè Ibarz la experiencia real se transfigura como las imágenes de los sueños, que a partir de una vivencia dolorosa, la peripecia de la protagonista abre la posibilidad de superar la nostalgia del pasado y la angustia del presente, con un espíritu constructivo y depurador.

La profesionalización de la literatura catalana nos ha llevado a un pacto de vulgaridad. A la ciutat en obres sale de dentro. Mercè Ibarz es nuestra mejor autora y éste su mejor libro.

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