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Documentació

Jordi Cabré novela en 'El virus de la tristesa' un complot contra el franquismo

Article publicat a “La Vanguardia” el 30/05/06 per Rosa Maria Piñol

Dos tiempos y dos escenarios distintos: el año 1951 en el barco Independence, que navega por aguas internacionales del Atlántico; y la Catalunya de hoy mismo en el Palau de la Generalitat. En ellos se desarrollan, en paralelo, las dos tramas argumentales de El virus de la tristesa, la cuarta novela de Jordi Cabré (Barcelona, 1974) y su relato hasta ahora más ambicioso. Ganadora del premio Ciutat de Palma, la obra ha sido editada bajo el doble sello Proa y Moll. La lealtad y la traición, el mundo del poder y las altas esferas, la soledad del líder, el dolor y el deseo de venganza, son algunos de los temas que Cabré aborda en esta novela, escrita en clave de thriller político. La narración arranca el día de la investidura como presidente de la Generalitat de Antoni Capdevila. Justo entonces el personaje recibe la noticia de la muerte de su padre, un viejo marinero que estuvo directamente implicado, en plena posguerra y desde alta mar, en un complot para derrocar la dictadura franquista. "Los planes políticos que novelo son hipotéticos, al igual que son ficticios los patriotas independentistas que están detrás ellos. Pero el buque Independence existió realmente, al igual que el Constitution: pertenecían a la American Export Lines y viajaban del Mediterráneo a Nueva York", explica el escritor. El objetivo último de Cabré ha sido "establecer una comparación entre lo que significaba luchar por unos ideales hace cincuenta años y lo que significa a principios del siglo XXI". En su opinión, hoy se ha perdido la épica y el idealismo que caracterizaban la lucha de aquellos años. "Entonces contaba mucho lo que pensaba el político, y los líderes arrastraban a la gente hacia un objetivo -argumenta-. Hoy todo se transforma en un ejercicio de marketing: los políticos tienen muy en cuenta las encuestas y actúan en función de lo que dirán los medios de comunicación y pensará la gente; y las ideas están muy desdibujadas". El protagonista de la novela, un hijo de la progresía de los años 60 inspirado en muchos aspectos en los políticos del tripartito, "sufre en carne propia esta forma de hacer política y se siente desmotivado: sus ideales progresistas han entrado en crisis". Ello contrasta con el idealismo que inspira el complot intentado por su padre en el pasado, una historia que incidirá en el presente. El título del libro es "una metáfora sobre la actitud de partir de una rendición previa, en lugar de defender las propias ideas". Pero el virus de la tristeza es también "el nombre con el que se conoce una enfermedad que afecta a los cítricos, y que aquí aflige simbólicamente a los naranjos del Pati dels Tarongers". Cabré -que en el 2002 ganó el premio El Lector de l´Odissea por La pregària del Diable y en el 2003 quedó finalista del Sant Jordi con Rubik a les palpentes- dice que El virus de la tristesa es su libro literariamente más ambicioso. El autor se ha atrevido incluso a crear un personaje "muy parecido a Josep Pla", un cronista que sube a bordo del barco y que narra, "en estilo planiano", varios fragmentos de la historia.

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