Documentació
Once retratos de la confusión
Pere Guixà (Barcelona, 1973) sorprendió gratamente a la crítica con su primer libro de relatos, L'examen de l'autodidacte (2000), y, pese a su juventud, superó con nota alta ese primer examen. Al año siguiente, con Alias Barcelona, su segunda entrega de narraciones, confirmó la madurez de su literatura. Ahora llega su tercer libro, "L'embolic del món" (publicado como los anteriores por Quaderns Crema), que no hace más que corroborar el talento hasta ahora demostrado. Una "progresión positiva" que "dará obras verdaderamente duraderas y valiosas", ha asegurado el crítico Julià Guillamon.
En la presentación de su última obra, el editor Jaume Vallcorba subrayaba la "irreductible literariedad" del joven autor, "menos preocupado por la peripecia en sentido estricto que por la literatura". El propio Guixà confesó que se esfuerza especialmente en "trabajar y depurar el estilo, en elaborar cada frase, en crear ritmos en el texto y en cuidar el léxico catalán, evitando en lo posible calcos del castellano".
Pero junto a esta preocupación estilística, Guixà aporta enfoques temáticos originales. Sus cuentos, inspirados en la realidad cotidiana, se tiñen de repente de situaciones fantásticas. En L'embolic del món mezcla los de corte realista con otros más fantasiosos. Son once temas diferentes, porque el autor no es partidario de buscar una unidad temática, lo que da un resultado, dice, que "no es cuento ni novela".
Pero sí hay una constante en las historias de Guixà. Y es la sensación de desconcierto, de confusión, que transpiran sus personajes. "Es cierto que estos cuentos reflejan la confusión y la perplejidad cotidianas, aunque busco que sean densos -admite el escritor-. En el fondo hay un escepticismo, porque es difícil tener hoy certezas muy grandes y taxativas. La crisis de ideologías y valores, la falta de modelos, deben de influir en ello."
Éste es uno de los pocos factores que Guixà reconoce compartir con los otros escritores de su edad, ya que en otros aspectos no se siente parte de una generación, ni le gusta este modo de clasificar a los autores, que considera "tiene fines comerciales". De hecho, en su primer libro se esforzó en evitar que salieran jóvenes en los relatos. "Pero al ver que el libro tuvo buena acogida, en el segundo ya no me empeñé en huir de determinados temas. La mía no quiere ser la literatura ‘de un joven’, pero es evidente que en mis cuentos salen siempre aspectos de la cultura popular o de la música." En uno de los relatos, el titulado "Música pop", Guixà hace una sutil crítica al mundo de la música independiente y a sus excesos esnobs y puristas, a través de la historia de un sello discográfico que, debido a una exigencia excesiva, no publica ningún disco en seis años.
El escritor es partidario de los finales abiertos en los relatos, "al estilo de Chejov, Hemingway o Salinger". Estos autores son algunos de sus referentes, al igual de Poe, Borges, Cortázar , Rodoreda, Monzó o Felisberto Hernández. Licenciado en Filología Románica, leer es su otra gran pasión. "Es triste ponerse a escribir. Sería maravilloso poder leer solamente. Pero no puedes resistir la tentación...
Tornar