Documentació
Los errores de Gaziel
La semana pasada hablé de Meditaciones en el desierto, el agrio y pasional diario madrileño (1946-1953) del marginado Gaziel. En el que, como dije, resulta interesante la contradictoria personalidad de aquel periodista inteligente y culto y que tanto se equivocó. Traigo a colación otro ejemplo de ello. Gaziel reprocha a las democracias occidentales que no hubieran ayudado a la República española frente al levantamiento militar, mientras Rusia e Italia lo hicieron. Después, no sólo que no hubieran barrido a Franco a partir de 1945 y la derrota del Eje, sino que lo hubieran sostenido, poniendo a Churchill como el aborrecible autor del desaguisado, pues pasó de antifranquista a creer en la utilidad del dictador, a partir de lo cual Gaziel cree que Inglaterra "es la más culpable de que la democracia esté desapareciendo de Europa". Perfecto. Pero al mismo tiempo habla con igual dureza de los políticos republicanos, comenzando por Companys y sus desastrosos compañeros del 6 de octubre del 34, y los cree desnortados e ineficaces y al fin aplastados a partir del 36 entre el militarismo fascista y el comunismo: "La República cayó en manos de todo tipo de aventureros, que hicieron de ella una barragana". Si las democracias opinaban lo mismo que Gaziel sobre los republicanos, ¿a santo de qué iban a comprometerse con tales inútiles? A la par, esperaban que fascistas y comunistas se dañaran en España y mostraran aún más su faz. Por tanto, la Guerra Civil servía a la estrategia occidental. Luego, durante la contienda mundial, el régimen franquista fue hábil para no atarse a Hitler y no supuso un peligro para los aliados sino un tapón para los nazis. Y finalmente la nueva situación de la posguerra, con la URSS fortalecida y sus sucesivos satélites, con partidos comunistas poderosísimos en Francia e Italia, resultaba evidente que el anticomunismo de Franco y su necesidad de supervivencia representaban una seguridad que no se halló en los Balcanes y que costaba mantener en Grecia, mientras Alemania quedaba ahí como ceñuda incógnita. O sea, en perspectiva Gaziel se equivocaba, mientras los demócratas han acabado acertando. Y después de pensar que en Catalunya todos los escritores son "mutilados" a causa del "medio opaco y enrarecido" y que los depredadores burgueses sufren una "incapacidad radical", afirma: "Los catalanes de mi tiempo -quiero decir la minoría selecta- nos habíamos fundido de tal manera con nuestra patria que a la fuerza teníamos que triunfar o sucumbir con ella. La tragedia y el honor de nuestra vida son los de haber caído con Catalunya". ¿Inefable, lamentable, suicida?
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